15 agosto 2008

Edificando el Cuerpo de Cristo



¿Alguna vez has jugado con el Jenga? El Jenga son pedazos de madera que al conjuntarse con cuidado construyes una torre muy alta. Un bloque soporta al otro. El objetivo de este juego es ir quitando bloques una vez formada la torre, sin que la torre se caiga. No debe haber derrumbe de la torre.

Bueno, ¿Te das cuenta que nuestras vidas están muy unidas entre sí? Jesús nos ha llevado a ser parte del "Templo Viviente", Su casa es más fuerte en tanto que sus miembros estén más unidos y hayan tomado su lugar. Digamos que tomar tu lugar en la Casa de Dios significa que cada adorador mantiene sus brazos unidos entre sí, en total sumisión al Rey, procurando cuidar que el que está a su lado no se vaya.

Tu lugar como adorador debe mantenerse a pesar del clima o las circunstancias, manifestando obediencia a Él y queriendo ayudar al que está a tu lado. Por otro lado, si alguno de nosotros no tomar su lugar que le corresponde o se mantiene ahí perseverando, a pesar del tiempo, habrá efectos inmediatos sobre todos los miembros e inevitablemente, el derrumbe, el acabose. Cuando son tiempos de debilidad tratamos de apoyarnos unos a otros por un tiempo; pero si escogemos la negligencia y no sostenemos el edificio, debido a las consecuencias de nuestro pecado, entonces el número de miembros que sostienen al edificio será menor. El caso es que nos hacemos vulnerables en lugar de ser fuertes e inamovibles. Los que apoyan o soportan, las bases, serán aplastados pues se terminan sus fuerzas.

Así que, más vale que tomes tu lugar, el que te corresponde y que ayudes a los demás, que los sostengas en conjunto. Se necesita tu ayuda. ¿Podremos hacerlo? Hagámoslo de acuerdo a nuestra fe.

también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo.
(1Pe 2:5 NVI)

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